Fernando Lugo. Los aliados marxisto-guerrilleros de Uribe
Luis Agüero Wagner
Dicen que la ideología es un instrumento para calmar la conciencia de un incompetente, explicándole que se jodió la vida por culpa de otros, y mostrándole quiénes son, con lo cual se consigue desviar su atención de los verdaderos responsables.
El caso del Partido Comunista Paraguayo, hoy integrando un gobierno que se encuentra bajo la tutela del colombiano Alvaro Uribe, es una buena muestra al respecto. Ya en 1940 este peculiar partido marxista mostró su vertiente pragmática reeditando el pacto Molotov Ribbentrop de un año antes y acordando con un dictador nazi-fascista, el general Estigarribia, y sentando las bases para una dictadura militar de medio siglo, que acabó devorando a lo mejor de sus cuadros y su dirigencia.
Para muchas personas resultaba incomprensible el pacto Nazi-comunista del 23 de agosto de 1939, en el que dos potencias tan enfrentadas pudieran ponerse de acuerdo en un pacto de no agresión amistoso en tan poco tiempo. Especial fue el caso de los fascistas en toda Europa que rechazaron semejante acuerdo con un Estado considerado "enemigo" por su ideología comunista, así como de numerosos simpatizantes comunistas que se desencantaron de la Unión Soviética por haber ésta suscrito un "pacto de no agresión" con el régimen nazi que siempre había sido considerado el enemigo a batir.
La justificación del pacto, naturalmente, era fácil encontrarla preguntando cuál era el botín a distribuir.
Poco después del protocolo, sobrevino la invasión conjunta de Polonia por Alemania y la URSS en septiembre de 1939. El ataque a Finlandia por parte de la URSS se dio poco después, así como la anexión soviética de Estonia, Lituania, Letonia, y territorios de Rumania.
En el caso del gobierno del cura Fernando Lugo, las migajas del zoquete lo explican todo, inclusive compartir el poder entre víctimas y victimarios.
Desde la derecha, los aliados del cura Fernando Lugo en la prensa y las instituciones estatales acusan a varios de sus compañeros dentro del gobierno de encontrarse vinculados a las FARC, en tanto desde la izquierda, se acusa a la derecha luguista de iniciar desde el ministerio del interior, la fiscalía y la policía, un caza de brujas contra la izquierda.
Lo curioso del caso es que nadie abandona su puesto ni su zoquete.
Desde la izquierda, se afirma que "Lugo, que se revelo como un farsante completo y un miserable moral, que incumplió hasta lo más básico de sus promesas electorales de cambios en la justicia y reformas sociales para los pobres, ahora quita sus verdaderas garras de macartysta renovando políticas represivas típicas de la dictadura fascista de Stroessner". Desde la derecha, se pide a gritos la extradición de dos militantes de izquierda refugiados en Brasil acusándolos de guerrilleros encubiertos, y las cabezas de varios líderes de partidos y organizaciones de izquierda.
ALIADOS DE LAS FARC Y DE URIBE
Los principales nexos de las FARC en Paraguay fueron mucho tiempo dos militantes del Partido Patria Libre, Juan Arrom y Anuncio Martí, hoy amparados por el Brasil con el status de refugiados.
En su libro Callejones del Terror, el refugiado-prófugo Juan Arrom revela que el hoy canciller del gobierno del cura Lugo colaboró en la obtención de su refugio en Brasil.
Lacognata por su parte reconoció que Arrom estuvo casado con la hermana de su esposa. Es decir, eran en algún momento concuñados. Confesó además que realizó el diagnóstico a Arrom y Martí por los golpes recibidos de efectivos policiales que le secuestraron.
Vínculos aparte, Lacognata hoy intenta presentarse como exponente del “pensamiento políticamente correcto” y no cesa de halagar y tomar partido por el presidente colombiano Alvaro Uribe en todas sus intervenciones públicas, en una prueba más de la doblez e incoherencia inherente al luguismo.
El mismo obispo Fernando Lugo es considerado un viejo conocido de los principales dirigentes del Ejército Popular Paraguayo, una guerrilla considerada subsidiaria de las FARC. Manuel Cristaldo Mieres, Alcides Oviedo y Gilberto Setrini son ex seminaristas formados por el mismo cura-presidente Lugo, quien fue su maestro.
Otro ministro de Lugo, Camilo Soares, incluso acompañó a los prófugos en la sesión de Diputados en la que se intentó llevar a juicio político al ex fiscal general Oscar Latorre por el “secuestro” de los presuntos secuestradores de la señora Edith Debernardi, los mismos Arrom y Martí.
Hoy el gobierno del cura considera a los principales dirigentes del Partido Patria Libre como peligrosos criminales, pero no fue siempre ésa su opinión.
Héctor Lacognata, hoy Canciller de Lugo, había pedido a principios del año 2002, al entonces ministro de Justicia y Trabajo, Silvio Ferreira, que Arrom y Martí fueran liberados del cautiverio ilegal y recibió en respuesta el reconocimiento de que los detenidos estaban en poder de la Policía, pero que serían liberados cuando se encuentren “presentables”.
En 2002, el actual ministro del interior del cura, Rafael Filizzola, era el fiscal acusador en el juicio político al ex fiscal Latorre, por la “desaparición” de los dirigentes de Patria Libre.
El 17 de marzo del 2002, el entonces diputado Rafael Filizzola llegaba hasta Kororô’i, San Pedro y se reunía con Lucio Silva y Gustavo Lezcano, dos ex convictos por el frustrado asalto a la sucursal del BNF, de Choré, señalado hoy como el primer golpe intentado por el EPP.
El actual ministro del Interior dijo que había ido al lugar por pedido del abogado del movimiento Patria Libre, Óscar Ayala, en ayuda de sus dos correligionarios que ya habían cumplido condena de 3 años y 3 meses por su participación en el malogrado atraco, y tenían en contra órdenes de captura por el secuestro de María Edith de Debernardi. En ambos casos negaban responsabilidad.
En una foto publicada por Ultima Hora el 31 de enero del 2002, se observa también al obispo Fernando Lugo visitando a Arrom y Martí en el sanatorio Migone, y en la crónica se lee que “exige la aclaración” del secuestro de sus amigos, por cuya cabeza hoy a puesto precio, dándoles un valor de 500 millones de guaraníes.
También existen documentos que prueban su visita a Carmen Villalba –otra integrante del EPP, considera hoy una peligrosa criminal por el gobierno arzobispal- en la cárcel del Buen Pastor, hecho que nunca tuvo el coraje de aclarar ante la prensa, llegando a agredir a un periodista que inquirió al respecto.
AGENTES DEL IMPERIO Y NEGOCIOS CON URIBE
Al mismo tiempo, la mayoría de estos personajes se encuentran revueltos en el gobierno del cura Lugo con conocidos organismos de penetración imperialista, como NED y USAID. Es más, algunos como Camilo Soares, inclusive han recibido dinero por partida doble: de la Venezuela bolivariana y de la embajada norteamericana.
Las ideologías son una cuestión de fe, pero los negocios son los negocios.
Paralelamente, el Gobierno de Fernando Lugo anunció la compra urgente a una empresa estatal manejada por el gobierno de Alvaro Uribe, de 450 fusiles de tecnología israelí y 233.000 cartuchos de munición por 2.600 millones de guaraníes para luchar contra los marxistas, es decir, para combatirse a sí mismo.
El gobierno “bolivariano” del cura también ha cerrado tratos con el imperio para proveerse de unos 130 fusiles estadounidenses que podrían llegar a mediados de febrero, los cuales serán utilizados para "fortalecer el equipamiento de los 400 agentes que tuvieron un entrenamiento especial". El “entrenamiento especial” se refiere a la formación recibida por la policía paraguaya en academias norteamericanas y colombianas, a donde fueron enviados a instruirse a instancias del gobierno luguista.
Todo esto sucede en las narices de los miembros del Partido Comunista Paraguayo, quienes a pesar de todo, siguen defendiendo con lealtad canina a su líder, el cura con hijos.
Considerando lo expuesto, sólo podemos agregar cuánta razón tenía quien afirmaba que entre la derecha y la izquierda, lo único que existe es una comedia.
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