viernes, 30 de julio de 2010

FERNANDO LUGO, LA VIDA POR UN ZOQUETE

Un célebre episodio de la historia británica, la muerte del último monarca de la casa Plantagenet y a la vez epílogo de la guerra entre terratenientes y señores feudales que enfrentó a las dos rosas (la blanca de York y la roja de Lancaster), fue popularizada en una famosa y aleccionadora tragedia de Shakespeare; Ricardo III.
Según la tradición, el soberano inglés estaba en medio del campo de batalla en Leicestershire (Bosworth), el 22 de agosto de 1485, cuando su caballo perdió una herradura, tropezó y rodó, cayendo el rey Ricardo al suelo. Antes que el jinete pudiera tomar las riendas, el asustado animal se levantó y echó a correr. Ricardo miró en derredor, viendo que sus soldados daban media vuelta y huían, y las tropas de su enemigo Enrique Tudor lo rodeaban.

Según la leyenda recogida por el celebrado dramaturgo, el último monarca de la casa de York agitó su espada en el aire y presa de la desesperación gritó: ¡Un caballo! ¡Mi reino por un caballo!

El episodio, histórico o no, da realismo y elocuencia a la desesperación humana ante un destino trágico, mostrando al hombre más soberbio y poderoso como capaz de renunciar incluso a lo más sacrosanto, por salvar algo tan insignificante al aferrarse a la propia vida.

Al final, Enrique Tudor recoge en el campo de batalla la ensangrentada corona y se convierte en Enrique VII.

Me vinieron a la memoria la frase y la escena shakespearianas ante el espectáculo no menos trágico de los afiliados al Partido Liberal paraguayo, atrapados por la propia codicia en los pliegues de la sotana del cura Fernando Lugo.

APUESTA AL ZOQUETE
En el Partido Liberal sólo se apuesta al zoquete y no a Fernando Lugo, reconocen los mismos dirigentes, que se acusan mutuamente de venderse por cargos.

"En los últimos 3 meses de campaña alegre llenó de gente instituciones públicas", aseguró ayer a una emisora el virtual titular del PLRA, Blas Llano, quien agregó que este acto de prebendarismo, lo expresó al presidente, Fernando Lugo, aclarando que el consabido acto irregular no era perpetrado en connivencia con el mandatario.

El senador liberal, insistió en que el Movimiento Integración Liberal, liderado Efraín Alegre, se ubicaba en las preferencias de las encuestas y sondeos de opinión, debido a que contaba con una fortalecida estructura, basada en la entrega de cargos públicos.

Estas declaraciones demuestran que en el Partido Liberal lo determinante es el zoquete, y no una figura política sin vida propia como el cura Fernando Lugo, el cual sin apoyo liberal y sin la prensa no es nada.

Para decirlo en palabras de William Shakespeare, puestas en boca de Ricardo III: Descubrimos que aunque eran rufianes crueles, perros sanguinarios, se derretían de ternura y benigna compasión, llorando como dos niños al contar tristes historias de muerte.

COMPRANDO LA CONCIENCIA DE LOS LIBERALES

El gobierno del cura Fernando Lugo agudizó el vicio de la política paraguaya del zoqueterismo, y logró comprar las conciencias de los liberales. Es lo que se deduce de los resultados y las denuncias de sus oponentes, sector interno del partido liberal que se quedó con un tercio de los votos.

El vice-presidente de Fernando Lugo, Federico Franco, denunció la utilización del aparato estatal en favor de los liberales sometidos al luguismo. Varias otras denuncias fueron presentadas, sobre todo afectando al ministro de Obras, Efrain Alegre, según publicó la prensa.

El dirigente Liberal Clari Arias denunció la ingerencia del cura Fernando Lugo en las internas del Partido Liberal, realizadas este domingo, donde los liberales renovaron su conocida apuesta por el chonguismo y zoqueterismo vigentes.

"Muchas instituciones públicas colaboraron para que esto terminara así”, dijo y mencionó entre ellos al ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones.

Dicha cartera de Estado está dirigida por el ministro Efraín Alegre, quien es el líder de uno de los movimientos contendores, y cuyo candidato en Asunción, Juan Félix “Pon” Bogado Gondra, terminó en segundo lugar, en las elecciones de la víspera. En tanto que el ministro de Justicia y Trabajo, Humberto Blasco, es uno de los líderes del movimiento del virtual ganador de las internas en la capital, Boccia.

Clari Arias también aseguró que el presidente Lugo seguirá atacando al PLRA, mientras que sus dirigentes no reaccionen ante sus afrentas, porque el primer mandatario dirige su relacionamiento con dicho partido en base al “amiguismo” que tiene con Blas Llano y Efraín Alegre.

Indicó que el cambio de la directora de Yacyretá, Elba Recalde, para reemplazarla por el colorado Miguel Fulgencio “Kencho” Rodríguez, fue “una bofetada” más contra su partido “a 48 horas de sus internas”, finalizó.

El nuevo director de Yacyretá es un hombre conocido por sus funestos antecedentes, y por pertenecer al sector más reaccionario del Partido Colorado.

POLÍTICA SIN GRANDEZA
Al igual que el shakesperiano Duque de Gloucester, el rey Ricardo III, todos ellos se han planteado en la escena como bajos personajes capaces de asesinar a quien obstaculice su camino al zoquete: sea este su propio hermano, cuñada o sobrinos.

Al igual que el último rey inglés en morir en los campos de batalla víctima de su propia sed de poder, y también luego de un espectacular camino hacia el trono que acabó en abrupta caída, -aunque en una versión empequeñecida y mucho más burda- nuestros actores locales del presente nos han planteado el mismo dilema político: ¿Hasta dónde puede llegar el ansia de poder?¿Cuánta bajeza es capaz de engendrar?

En la tragedia de Shakespeare, las herramientas para trepar del protagonista fueron el engaño, la hipocresía, la crueldad y la burla, todas ellas monedas que han demostrado ser las únicas de curso legal en nuestro Paraguay del siglo XXI.
Al igual que nuestros actores presentes, el personaje de Shakespeare se dirigió al público ofreciendo la oportunidad de conocer las oscuras motivaciones de sus actos y de esta manera hacerse cómplice, considerando al personaje como una víctima de las circunstancias que lo rodean, de sus debilidades y de su pasado.

Es la misma estrategia con que desde el poder los liberales han sido invitados a participar del esquema de la podredumbre, y se han convertido en cómplices del prebendarismo y la corrupción oficial, humillados al extremo de aparecer hoy luchando entre sí por las migajas sobrantes que desde el palco puedan arrojarles los cortesanos del cura con hijos, Fernando Lugo.

Es que, como lo diría el mismo Shakesperare, algunos nacen grandes, algunos logran grandeza, a algunos la grandeza les es impuesta y a otros sencillamente la grandeza les queda grande.

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